Tao

Dos monjes

Un monje viejo, acompañado de otro más joven, caminaban en el bosque por un camino empapado, regresando a un monasterio de Japón. Encontraron a una mujer preciosa que se mantenía con mucha dificultad, al borde de una corriente de agua enfangada y rápida.
Comprendiendo la situación, el viejo monje la tomó en sus robustos brazos y la llevó a la otra orilla. Ella le sonrió , agarrada a su cuello, hasta que la dejó cortésmente en el suelo. Ella se inclinó a modo de agradecimiento y los dos monjes continuaron su camino en silencio.
A las puertas del monasterio, el monje ya no pudo contenerse. “¿Comó has podido llevar en tus brazos a una bella mujer? Creo que semejante comportamiento no es correcto por parte de un monje.”
El monje viejo miró a su compañero y respondió: “ Yo la he dejado allí abajo. ¿La llevas tú todavía?

(anonimo)